Hola amigos pescadores:
El fin de semana del 19 y 20 de enero estuvimos pescando con Alejandro, Mariano y Santiago. Arrancamos el día viernes a las 8 de la mañana, el día se presentaba muy bueno pero con una temperatura que rondaría los 40 grados. El río se encontraba en su momento más crítico de la bajante llegando a medir ese día 2,02 m en el puerto de Santa Fe.
Emprendimos la marcha a ver si dábamos con los dorados. A 20 minutos de estar navegando, en un bañado, debimos bajarnos y llevar a la rastra a la embarcación ya que no se podía seguir navegando: sólo había 20 cm de agua. Los cardúmenes de sábalos se veían por todas partes a flor de agua y es ahí donde estaban cazando los dorados. Tuvimos muchas respuestas de doradillos que fueron devueltos todos a su medio. Seguimos probando en algunos pozones para intentar con el surubí y logramos algunos chicos que no llegaron a los 3 kg.
Sobre el mediodía paramos a comer un asado en un rancho sobre el río conocido como Los Canelones, a esa hora ya apretaba demasiado el sol y el calor. A eso de las 4 de la tarde volvimos a probar con el dorado a la zona mas playa de un bañado y obtuvimos varios piques de dorados con portes interesantes que rondaban hasta los 4 kg. En momentos que navegábamos por el bañado Los Panchos, pudimos ver al paso de nuestra lancha como saltaban los dorados concentrados en cardúmenes, donde hubo más de un salto en que los pesos rondarían entre los 5 y 6 kg.
Y fue así que la jornada del viernes terminó con una gran cantidad de piques del tigre de los ríos que nos ofrecieron unas cuantas horas de entretenimiento con su actitud voraz.
Al otro día, sábado, entramos a las 5 de la tarde para seguir intentando con el dorado y ya para después de las 8 de la noche ir en busca del toro de los ríos. Entre piques de dorados en el medio del bañado, nos sorprendió un cachorro de surubí de unos 3 kg que tomó una morena, felicitaciones, fotos y de vuelta al agua para que siga creciendo y de paso para que nos mandara al padre o al abuelo.... como se suele decir en ambiente de pescadores.
A las 9 de la noche nos volvimos a un lugar para seguir imtentando con los pintados, pero nada de eso ocurrió, los doradillos seguían diezmando las morenas y solo obtuvimos una tararira, un par de armados gordos y un cachorrito que no debía llegar al kilo de peso. Y es así como terminó el día de pesca a las 3 de la mañana, bastante pobre pero con el gusto de haber estado pescando de noche.
Un fuerte abrazo para los chicos que se vinieron a pescar desde lejos a la zona de Sauce Viejo y a todos aquellos pescadores deportivos que permanentemente llaman para venir a pescar y a los seguidores del blog.
